Resultados para «felicidad»

Estas pocas líneas se dirigen A ti, que desde la incompletud confías tu felicidad a otros. A ti, que huyes de tu realidad, esperando encontrar la felicidad bajo un nuevo sol.

¿La felicidad implica necesariamente llevar adelante proyectos de vida? ¿Tenemos que dar un sentido a la vida para ser felices? Se trata, en mi opinión, de una falsa creencia que lleva a gran parte de la humanidad a buscar su felicidad a través de una carrera profesional, una relación, la maternidad, el dinero o incluso… Seguir leyendo La felicidad en la fuente

A semejanza de las religiones, que nos han habituado a buscar lo divino afuera, nuestra sociedad nos conduce a creer que nuestra felicidad depende de otros y de unos bienes de consumo, en particular, aquellos que no estamos en condiciones de ofrecernos.

No podemos vivir plenamente si no es en paz con la muerte. Esta es una evidencia que ha resonado en mí desde siempre, a pesar de estar en total contradicción con los valores y fundamentos de nuestro mundo moderno, que ha sido edificado sobre la negación de la mortalidad. Una sociedad incapaz de avanzar serenamente… Seguir leyendo Vivir plenamente, en paz con la muerte

Durante mucho tiempo, he vivido “como todo el mundo”, persuadido de que en el otro hallaría la felicidad para toda la vida. Y esa bella ilusión se rompió en los años 2000. Entonces, me interrogué mucho acerca de la institución que llamamos matrimonio, así como acerca de todas las obligaciones que de ella se derivan.… Seguir leyendo Sobre la pareja, el matrimonio y el divorcio

Etimológicamente, la palabra fe viene del vocablo latino fides, que no tiene connotación religiosa alguna y está vinculado a la raíz indoeuropea bheidh, que remite a la noción de confianza y persuasión.

Cuanto más avanzo en la vida, más anida la palabra simplicidad en mis actos cotidianos y en mis enseñanzas. La simplicidad siempre ha sido la clave de mis desafíos. Por falta de espacio o por impedimentos técnicos, a menudo he tenido que buscar la eficacia en la sobriedad,

¿De dónde viene ese impulso, esa necesidad imperiosa de mentir? ¿Es posible y fácil no recurrir a la mentira? ¿Qué nos aporta la mentira? Cuando la evocamos, casi siempre lo hacemos en referencia a otros.

Aun cuando el deseo no sea la vía para la realización, no hay por qué convertirlo en enemigo. Muchos y muchas lo perciben como un obstáculo, olvidando, por desgracia, que cada obstáculo puede ser también un trampolín,

Toda construcción estable y duradera necesita una base sólida. Al no encontrar su propia estabilidad interior, el ser humano se agarra vanamente a todo cuanto le rodea, e intenta edificar su vida sobre la fuga de sí mismo.

A menudo me preguntan en qué corriente se inspiran mis escritos. Algunos imaginan que estoy suscrito a algún sistema de pensamiento, o que me expreso sobre la base de una enseñanza espiritual recibida. Pues, ¡lo cierto es que no! Como el politetrafluoretileno (teflón para los profanos), no me adhiero a nada.

Siempre me deja atónito observar hasta qué punto el ser humano se obstina en esperar que la solución de a sus problemas llegue del exterior, de instituciones políticas, gubernamentales o religiosas que prometen el cielo, la luna y las estrellas.

¿La autorrealización pasa obligatoriamente por la competitividad? La pregunta puede parecer estúpida, pero oigo muy a menudo a personas desdichadas que no pueden concebir la felicidad sin entrar en alguna forma de competición. Ser únicamente uno mismo les parece tristemente banal, por no decir profundamente angustiante.

El ego es el “yo” que se expresa en cada uno de nosotros. Se lo evoca también como el “yo pensante” o “identificación con el yo”. Todo ser se enfrenta a esa parte sí mismo, más o menos dominante, que le proporciona una impresión de individualidad así como la ilusión de separación que de aquella… Seguir leyendo La autoburla y el ego

Al igual que el conejo de Alicia en el país de las maravillas, el ser humano se pasa la vida corriendo, hasta olvidar incluso lo que persigue. De hecho, no persigue nada, solo huye obstinadamente de lo que más teme: ¡el silencio interior!

El nacimiento y la muerte son las dos etapas ineludibles que balizan nuestra experiencia terrestre actual. Ambas se vuelven sinónimos desde el momento en que aceptamos afrontarlas como un pasaje, una transición.